Irene lleva moviéndose desde que empezó a caminar. Le apasionan los deportes desde muy pequeña y ha participado en alta competición en varios de ellos durante años. En el tiempo libre que le quedaba entre entrenamientos, a Irene le gustaba tocar música, particularmente la percusión.

Cuando descubrió la danza, Irene encontró la mezcla perfecta entre movimiento y música, y la conexión del Lindy hop le recordó a las artes marciales, especialmente al judo. Desde entonces, ha explorado la danza contemporánea, diferentes bailes hip hop y bailes de la música swing.

Aunque le gustan muchas actividades diferentes, Irene busca nutrir unas de otras encontrando puntos en común, entendiendo cómo funciona el movimiento corporal tanto en individual como en pareja, sacando así un estilo propio.