Moonglow

Volvemos, al igual que la semana pasada, a entrar en la época de los años 30. Si bien es cierto que un tema musical calmado no fue el mejor acierto para esos años tristes de la Gran Depresión, Will Hudson compuso esta canción con la intención de que fuera el tema principal de su banda que tocaba en el Greystone Ballroom de Detroit. No consiguió mucha atención, como era de esperar, pero cuando más adelante se encontró con Irving Mills y la arreglaron para grabación, el violinista Joe Venuti (que aparece en miles de grabaciones de la época, literalmente) la empezó a ir metiendo en sus bandas e incluso en un par de shows en Broadway. Pero fue Benny Goodman, que acababa de decidir dejar su carrera en semisolitario para pasar a dirigir formaciones, quien la llevó a lo más alto, tanto que a día de hoy se han registrado unas 600 grabaciones de la misma canción. Goodman decidió dar protagonismo al vibráfono de Lionel Hampton y le da un toque genial al tema, tanto que lo catapultó a las listas de éxitos de 1936.

La canción de esta semana aparece en los llamados fake books, que son colecciones de partituras esquemáticas que solo contienen melodía, acordes y texto (si tiene), y sirven como base a músicos experimentados para aprender rápido canciones nuevas y dan, sobre todo, mucho espacio a la reinterpretación. Estos libretos son una clave de la cultura de la reproducción musical en público, gracias a su carácter improvisatorio.

Os dejamos con Moonglow, interpretada por Benny Goodman and His Quartet en 1936. (112bpm) estructura de swing chorus pero sin letra que seguir, así que ya sabéis, a afinar el oído y a disfrutar de este clásico.