Atomic Cocktail – Slim Gaillard Quartette

Había un tal Slim Gaillard, hipster entre los hipsters que ya hemos visto alguna vez, que grabó un disco en Hollywood con más trasfondo político de lo que os pensabais cuando votasteis que saliera esta canción…

“Cae y salpica todo a su paso / Cuando ves que llega / Simplemente agarra tu maleta / Te va a mandar por los aires como el correo aéreo / Boom – Atomic cocktail” Se os ocurre otra cosa que manda a la gente por los aires tanto como un cocktail hecho de vodka, brandy, sherry y champagne?
Efectivamente, la Bomba Atómica (recordáis la portada de Splanky, de Count Basie?). Gaillard sacó esa canción solo 5 meses después de los ataques en Hiroshima y Nagasaki, así que sacad conclusiones…
La historia del cocktail en sí es curiosa. El gobierno anunció que se llevaba parte de la Escuela de la Armada del Aire de Las Vegas a hacer tests al Nevada Test Site, al noroeste de Las Vegas. En ese emplazamiento se hacían, como ya sabéis, tests de bombas atómicas al aire libre (de ahí las impresionantes fotos de las setas de humo), y los empresarios que manejaban la ciudad de Las Vegas se pusieron un poco nerviosos al ver que eso podría aflojarles un poco el negocio. En esos tiempos Las Vegas había crecido muchísimo absorbiendo la población de Los Ángeles con los matrimonios/divorcios exprés y el juego en todas sus versiones. Y si… y si los adictos decidían quedarse en casa por culpa de las pruebas con las A-bombs?? Podría el miedo pasar por encima del ansia del juego, de la adicción? Lo cierto es que, con cada bombazo de pruebas se solía ver un destello como de un rayo enorme y, siete minutos más tarde, se sentía una ola de presión bestial que llegaba a romper cristales a tu alrededor.
Solución directa para un posible problema: un químico residente en la ciudad saca una fórmula, se imprimen folletos, se reparten por los bares y Boom – Atomic Cocktail. Algo fresco, con burbujas, y extremadamente potente para hacer bajar la “radiación”. Y la metáfora se hizo realidad. “Pulsas un botón, abres un canal / Tu trabajo está hecho para el resto de la noche / Cuando pega, te aseguras una buena agitación / Porque se siente como un verdadero terremoto”. Los baristas decían que los clientes llevaban tal borrachera cuando pegaba la bomba que ni la notaban, así que consiguieron mantener el negocio.